Presa de mí
presa de las cosas que empiezan a pasar por mi cabeza mientras imagino tu cara.
Ha pasado tiempo desde esa ultima vez, pero han sido muchas veces
ha pasado el tiempo desde aquel encuentro en el que la ropa estorbaba y la piel nos servía de abrigo
hemos estado más de cien veces uno debajo del respirar del otro, golosos, comiendo carne cruda…
Hemos estado más de cien veces estirando la goma del tiempo que implacable nos dejaba aún más desnudos.
Desnudos ante la sensación de insuficiencia, que a pesar de haber estado la noche entera adobada entre sábanas, semen, sudor y la leche de mis pechos quería más…
Más de mi boca sobre tus labios
más de esos abrazos que rasgando mi espalda elevaban la sensación de poder que de mi se apodera cuando en erección me encuentro
más de tu pene electrizante al filo de mi garganta
más de mí cuando contigo culeo…
Latencia, tiempo en el que acude la libido a mi entrepierna cuando se cruzan nuestras miradas
latencia, segundos de calor punzantes estancados en el pozo jugoso de estas ganas
latencia, horas que pasamos encerrados esclavos de nuestros cuerpos hambrientos, huyendo de las grietas del tiempo amando sin saber amar…
Latencia, instantes enzarzados en el caldo tibio del deseo que se nos salía por los costados calando el colchón
latencia, ese tiempo delicioso que separa las ganas de follar con la materialización del hecho…
Latencia, latencia y más latencia…
Segundos convertidos en minutos, en horas, en días, en meses, en los años que ha tardado la causalidad en darnos la oportunidad de volver a vernos.
Tengo ansias de un deseo eterno latiendo de arriba abajo, de adentro hacia afuera como un volcán a punto de saltar por los aires
la piel que habito es incansable, sufre, llora y muere un poco a diario.
Pero… soy una mujer de palabra
consciente del dolor que se acumula con el paso de los años
abierta a negociar con los sinsabores de la realidad que, marcando la latencia de hacia donde desemboca el río de estas ganas, es paciente y cumple con lo pactado, continuar.
Amar hasta morir
follar hasta morir
reir hasta morir
vivir hasta morir, en brazos de la inapelable latencia…